martes, 4 de enero de 2011

Freire Paulo. (1997). “seriedad y Alegría, Dialogicidad” en A la sombra de un árbol, Barcelona: El Roure, pp. 97-120

Aspectos
Texto
Contexto
Seriedad y Alegría
El acto de enseñar, de aprender, de estudiar, son quehaceres exigente, serios que no provocan placer sino que en si son alegres.
Lo ideal en un país donde carecemos de la verdadera practica de la democracia, los profesores en la enseñanza-aprendizaje debemos ser  demócrata modelo, respetando la integridad de los alumnos y la diversidad.
La seriedad no es ser autoritario sino manejar a cada alumno como ser humano pensante. Así seremos éticamente responsables sin caer en la mediocridad y en la incoherencia.
Dialogicidad
Es una exigencia de la naturaleza humana y también una reclamación a favor de la opción democrática del educador. Sin comunicación no hay dialogicidad.
La comunicación y la información se sirven de sofisticados lenguajes e instrumentos tecnológicos que acortan “el espacio y el tiempo”.
Es una necesidad vital, la comunicación entre seres humanos, y entre ellos estamos los docentes, como pedir a los alumnos que nos escuchen si nosotros en el aula no practicamos el dialogo, solo transmitimos sin escuchar.
Disfrutar lo que hacemos con placer y comunicando lo que sabemos.
Aprovechar todo lo que tenemos y lo que somos y hasta los sentidos para con ello hagamos del saber un saber democrático.

Mi fe y esperanza
Des-decir la fe no es no tener fe sino contra-decirla con actos.
Es necesario mantener la esperanza incluso cuando la áspera realidad sugieres todo lo contrario. La lucha por la esperanza significa la denuncia, sin medias palabras, de los desmanes, de los fraudes y las omisiones. Denunciándolos, despertamos en los otros y en nosotros mismos la necesidad y también el gusto por la esperanza.
Hacer de la fe lo que nos mueva, que creemos en nosotros, que confiemos en nuestras capacidades, que no dejemos que la experiencia nos enseñe, sino que busquemos todos los recursos para mejorar nuestra labor como docentes.
Si centramos la fe en Dios estamos encasilladlos a pensar que las cosas están dadas ya sin cambiar nada.
Pensar que la fe es la acción, lo que hay que hacer para el presente, para el futuro y todo aquello que nos haga más humanos.

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